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Cuando el silencio de la insertidumbre del ayer invade los caminos y lo peor no sabes distinguir entre el ayer y el hoy, la melancolia aflora y no permite que los caminos sean claros.

Entonces... se duda????

Día de luna..

En día de luna mi alma quiere ser libre, libre para amar, para cantar, para sentir... pero también mis sueños parecen ser aves a las que no les interesa volar en la fuerza del vendaval.

En día de luna no me interesa reconocerme y sin embargo, reconozco que es el mejor momento que tengo para sentirme.
En día de luna admito que lo ya nombrado no funciona, que los caminos no tienen norte, que la brújula debe estar guardada en un cajón, pero sabes, en día de luna, tengo miedo de amar.

En día de luna no recurro a las certezas ni recetas, permito entonces escribir nuevos atajos que me conduzcan a la felicidad, pero la melancolía se apropia de mi misma y me hace percibir lo intrazable.

Afortunadamente en día de luna encuentro lo incierto e impredecible de mi desde el otro lado de la luna.

Es solo que el color de mis días ha ido cambiando y desde entonces mis ciclos también.
El problema es que ya no sé si realmente quiero amar y sentir, o si solamente prefiero "resignarme a los gestos". Ojalá él no se canse